Conexión Espiritual Con Nuestras Mascotas

Conexión Espiritual Con Nuestras Mascotas

¿Podemos conectar con nuestras mascotas y otros animales después de que han pasado al plano espiritual?

La mayoría de nosotros hemos experimentado la pérdida de una mascota querida. Es tan traumático como experimentar la pérdida de un amigo o miembro de la familia. Si han estado enfermos por un tiempo, o sufriendo, también sufrimos. Sufrimos con el peso de saber que no están bien y sufrimos sabiendo que pronto nos dejarán.

Para muchos de nosotros, es casi insoportable.

Y después de que pasan al plano espiritual, sentimos una tristeza muy profunda, nos queda una herida abierta que pensamos que nunca podrá sanar.

¿La pregunta es entonces: por qué nos conectamos tan profundamente con nuestras mascotas? ¿Cómo ellos, a diferencia de la mayoría de los seres humanos, nos pueden amar incondicionalmente, tan profundamente, con tanta lealtad, día tras día? ¿Nos siguen amando incluso cuando ya no están con nosotros?

Esas preguntas son difíciles de responder ya que hay poca evidencia clínica o científica que demuestre que los animales poseen alma, la cual les daría la capacidad de amar.

Durante mi investigación para este artículo, encontré mucha información acerca del alma de los seres humanos. Los artículos que encontré indican que hay pruebas científicas que demuestran que los seres humanos tienen alma; mientras que los animales … bueno, encontré relatos que indican que ellos tienen algo llamado “aliento de vida”, diferente al ser humano, no con la inmortalidad que brinda el alma.

Sin embargo, estudios también demuestran que cada vez más, muchos seres ‘no humanos’ sienten y experimentan diversos grados de emociones y estados de conciencia. Por ejemplo, los elefantes parecen sentir pena, mientras que los delfines y las ballenas expresan alegría, o algo similar. Los loros pueden ser malhumorados. Los cerdos y las vacas experimentan terror cuando enfrentan la muerte, al grado de llorar. Los pollos se entristecen. Los monos parecen avergonzados o agotados cuando no pueden resolver un enigma. Las ratas actúan agitadas al ver a otras ratas sometidas a cirugía. Yo misma he sido testigo de algunos ejemplos.

La ciencia está redescubriendo lo que Charles Darwin, en su libro La Expresión de las Emociones en el Hombre y los Animales (1872) concluyó: la diferencia entre los seres humanos y otras especies radica en su capacidad de sentir y expresar emoción, son diferencias de grado, más que diferencias en tipo de emociones. A partir de esta conciencia del hecho, se acortan los pasos para el reconocimiento de que los animales tienen personalidades y una sensibilidad muy fuerte.

La sensibilidad es definida como la capacidad de un ser para sentir. Es fundamentalmente lo que conocemos como ‘estar vivo’. Lo que los humanos sentimos a un nivel profundo es lo que nos impulsa, para bien y para mal. La conexión innata con el sentimiento y la emoción es parte de lo que constituye el alma. Mientras vivamos – y por lo tanto sintamos – estamos conectados entre nosotros y con el mundo natural. Estamos, en una palabra, animados, con un alma que nos hace vibrar.

Los ejemplos donde se busca una conexión entre el entre animales y humanos abundan. Los animales que juegan, expresan gratitud, contemplan la naturaleza, actúan para salvar a su prójimo, o reaccionan tristemente a la pérdida de miembros de su familia u otros compañeros cercanos, son, a mi modo de ver, animales conectados a sus emociones así como lo son los humanos. Esta conexión es la raíz del alma y de la espiritualidad.

Creo que cuando nuestras almas eligen tomar forma humana en este plano físico, nuestra intención primaria es aprender a dar y recibir amor. Seleccionamos nuestra vida como la escuela en la que aprenderemos esta lección, porque el plano físico es donde encontramos maestros que han dominado la capacidad de dar y recibir amor incondicional. Los llamamos perros y pájaros, gatos y caballos, cerdos y hormigas, y cualquiera de nuestros amigos no humanos.

Nuestros amorosos compañeros están siempre presentes, siempre amorosos y siempre perdonándonos. Creci teniendo perros y estando alrededor de la naturaleza; ahí he observado que los animales viven en un estado de completa facilidad y paz, sin importar su forma o tamaño. Lo hacen porque siempre están en el momento presente, ese estado de ser que los humanos llamamos atención plena.

La atención plena no es un estado automático o fácil de ser para los seres humanos, pero es necesario que busquemos alcanzarlo si queremos vivir una vida de completa facilidad, paz y alegría.

Todos nuestros amigos no humanos nos enseñan esto. De hecho, son maestros sanadores, en parte porque encarnan el amor en una forma completa y lo ven como un regalo, una forma de vivir no amenazante, un estado de ser. Esta obvia ausencia de amenaza, competencia y juicio entre ellos, refleja su espiritualidad y su orden en el universo.

Podemos temer aceptar el amor de otra persona, pero rara vez el amor que nos brinda un no-humano. Cómo nos sanan nuestras amadas mascotas! No hay mayor poder curativo en el Universo que el amor incondicional, y nuestros compañeros no humanos nos curan al intercambiar esa energía amorosa con nosotros.

Considera esto: incluso cuando nos sentimos débiles y pequeños, nuestras mascotas todavía vienen a nosotros para su cuidado, y al hacerlo, nos recuerdan que somos fuertes y suficientemente capaces de proveer para ellos. Cuando entramos en el modo ira o la culpa, ellos se sientan alegremente a nuestro lado, irradiando alegría e inculcando paz alrededor de nosotros. Cuando nos sentimos avergonzados, culpables, defectuosos o indignos, nos miran y ven sólo nuestra perfección.

Nuestras mascotas nos ven como la luz, la luz de la que estamos hechos, la luz que conocíamos al nacer. Cuando perdemos de vista nuestra magnificencia, ellos nos lo recuerdan, al igual que nuestros seres ya en espíritu que al visitarnos sólo nos transmiten el amor y la paz.

¿Podemos seguir conectándonos con nuestras mascotas aun después de que hayan pasado al plano espiritual? ¿Todavía nos siguen amando aun después de dejar su cuerpo? La respuesta es sí. Cuando he tenido el honor de poder ser el medio por el cual los mensajes de mascotas en el plano espiritual, o de aquellos que aún están en vida, he recibido y transmitido mensajes de amor incondicional y gratitud que llenan el alma de quienes los extrañan tanto.

A medida que recibamos su amor verdadero con el corazón abierto y nos envolvamos en su sabiduría, crearemos un eterno vínculo entre nuestras especies. El Amor siempre es Amor.


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